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dijous, 4 d’octubre del 2012

(371) CIEN AÑOS DE SOLEDAD (r4) de GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ (1927-2014 ). Editorial Mondadori. 308 páginas (EBOOK)

Es la cuarta vez que leo este libro, lo que puede dar idea de cómo lo valoro: una de las mejores novelas de todos los tiempos escritas en lengua castellana.

Cien años de soledad se publicó por primera vez a mediados de 1967 en la Editorial Sudamericana de Buenos Aires. Está compuesta por veinte capítulos no titulados y narra la historia de la família Buendíaa a lo largo de siete generaciones en el pueblo ficticio de Macondo.

José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán son un matrimonio de primos que se casaron llenos de presagios y temores por su parentesco y el mito existente en la región de que su descendencia podía tener cola de cerdo.

La novela está considerada como la obra cumbre del llamado realismo mágico, un género literario de mediados del siglo XX que intenta mostrar lo irreal o extraño como algo cotidiano o común. Las situaciones más inverosímiles se presentan como normales, sin tener que buscarle explicaciones. Ejemplos de realismo mágico los encontramos en numerables ocasiones en Cien años de soledad: la elevación de Remedios, la profecía en los pergaminos de Melquiades, la levitación del padre Nicanor, la reaparición de personajes muertos que conversan con los vivos con naturalidad, el diluvio de Macondo que duró casi cinco años.

Junto a los Buendía, un personaje importante de la novela es Melquíades, un gitano de múltiples conocimientos intelectuales, que le deja escrito a José Arcadio un pergamino, que pasa de generación en generación sin haber podido descifrarse. Solamente el penúltimo Aureliano, luego de que se cumpliera el mito de que el hijo de familiares nacería con cola de cerdo y se lo comieran las hormigas -otro elemento de realismo mágico-, pudo revelar las claves con que estava escrito aquel pergamino que contenía la historia de la familia, ordenada en tiempo y espacio, pero escrita cien años antes.

Se podría hablar mucho más de esta gran novela de Gabriel García Márquez, pero lo que hay que hacer es leerla. Una recomendación es tener a mano, mientras se va leyendo, el árbol genealógico de los Buendía para consultarlo en caso necesario -se puede encontrar fácilmente en Internet-. Y es que con tantos Arcadios, Aurelianos y otros nombres que se van repitiendo de generación en generación, es fácil perderse. Nombres que según el pensamiento de Úrsula, confieren la personalidad del que lo lleva: "En la larga historia de la familia, la tenaz repetición de los nombres le había permitido sacar conclusiones que le parecían terminantes. Mientras los Aurelianos eran retraidos, pero de mentalidad lúcida, los José Arcadio eran impulsivos y emprendedores".